Mujeres inteligentes, universitarias, trabajadoras, dulces y
solteras. Así somos Lulú y yo. Con
amores que nunca se concretaron en un morral que luego de los 30 se vuelve una
diana para la burla. Hoy me cuestioné de
qué carezco para ser La Sra. De.
“Las he visto más gordas, feas y se han casado”
Es acaso mi problema y el Lulú, así como el de muchas otras
mujeres, un problema de modelo?
Fuimos criadas como venezolanas estándar, sin abusos
aparentemente trascendentes, con una educación dentro de los parámetros normales
y venimos de grupos familiares sin mayores etiquetas. Soy tildada como una
mujer aguerrida, dulce, capaz e inteligente y para citar textual:
“te mereces un hombre que te valore”
Y siempre que escucho o leo esto me pregunto dónde demonios
está ese hombre.
Cuando tienes entre 10 y 20, tu modelo es el príncipe en el
corcel o la estrella de rock que llega a tus pies con su guitarra o su rosa y
te hace inmensamente felíz. De los 20 a los 30, tu modelo se acerca un poco más
a la realidad y buscas un hombre atento que tenga cerebro. De los 30 en adelante te fijas en otras cosas
y te das cuenta un día que tu príncipe puede tener panza y calva, porque tú
tienes estrías y celulitis. El príncipe esperado se convierte en un príncipe on
demand. Pero me sigo preguntando si la
que no está en el molde soy yo.
Porque quizás lo que tanto me decía mamá es cierto y ella
rompió el molde cuando yo nací. Soy una
Susanita que no le importa cargar cajas y tiene su caja de herramientas, le
encanta pasear por EPA y ver planos. Una Susanita que lee etiquetas
nutricionales, pero no pide una Diet Coke con torta de chocolate. Quizás es eso? Mi figura? Día a día veo
mujeres con otro tipo de belleza no estándar que son “elegidas” por caballeros
en toda la extensión de la palabra, para pasar “el resto de sus vidas”
“Ellas no fueron elegidas por amor, sino por resignación”
Quizás, pero elegidas al fin.
“Debes comprender que no eres elegida, tu eres la que debes
elegir” Y qué sucede cuando he elegido y soy rechazada? Cuando me dicen eso siento que soy una leona
sin suerte en la sabana, me cuestiono si debo “cazar” un ejemplar masculino.
“La felicidad esta dentro de ti” Y de mi costado saldrán
brazos y par de piernas para acurrucarme conmigo misma en las noches? Esa felicidad interna consiste también en no
tener un hombro cálido al llegar o en burlarse de si misma por la carencia del
falo?
“Soltera no es lo mismo que estar sola” No es lo mismo, eso
es cierto. Hay casadas que se sienten más solas que yo, pero ellas deciden
mantenerse de esa forma, yo he intentado no sentirme así y la vida insiste en
levantar las murallas…muchas veces se levantan esas puertas sin pomo, esos
hombres que te gustaría explorar pero ya alguna quitó las manijas, solo puedes
sonreir por saber que existe y seguir adelante en ese camino de piedra por el
que te llevan las zapatillas de la inconformidad.
“Estás mejor sola” Por supuesto, esto siempre viene de una
divorciada traumatizada o la que esta peleada con el novio o la que se los
quita a sombrerazos. Ya tengo en mi archivo miradas de mujeres que han
envejecido solas, ya ni hablan del asunto, solo miran y lo dicen todo en esa
mirada que se pierde y luego vuelve con resignación.
Hace un tiempo, hablé con una monja al respecto y me dijo
que mi lección más grande era la paciencia. Desde ese día me pregunto si debo
tener la paciencia de una princesa en una torre o la paciencia de una anciana
que mira por la ventana con la certeza de que sólo puede esperar que el dolor
pase.
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