Mi lucha por la existencia consiste en que a la hora del desayuno sea mucho más importante el aroma del café que las catástrofes que leo en el periódico abierto junto a las tostadas.Manuel Vicent
Mi mente se colocaba en blanco cuando me preguntaban cuál
era mi hobby.
Desde pequeña estuve en ballet, planes vacacionales y clases
de ingles. El ballet lo deje a los pocos meses, porque la profesora no tenía mucha pedagogía que
digamos…sus constantes adjetivos peyorativos, que hacían reír a la clase (yo
era la gordita del grupo) terminaron por provocarme una fiebre emocional, que
solo se retiro cuando me dijeron que no volvería al ballet. Y me parece que por este incidente es que no
bailo, aun cuando amo la música…
Además, nunca he sido muy sociable, me cuesta abrirme a las
personas. Es últimamente cuando he
podido dejar a un lado el miedo y confiar un poco en “los extraños”. Así, los
planes vacacionales para mi representaban una situación de estrés. Hasta el día de hoy, papá no sabe cómo me
disgustaba estar en un autobús repleto cantando: “Abo sabosa Abo sabona nube Oh
melembe luamba ule” o al menos, eso era lo que yo entendía, porque nunca te dan
la letra de la puta cancioncita típica para los meses de agosto-septiembre.
Tampoco funciono la natación. No dejo de pensar que lo que no me agrado fue
esa mirada pervertida del entrenador hacia nosotras, un grupo de púberes flotando
en una piscina. No quise volver.
El ingles siempre me ha gustado, los idiomas siempre me
han llamado la atención, pero no es algo
que puedas llamar hobby.
Hace un tiempo, decidí que el mundo no podía adaptarse a mi,
por lo que yo debía adaptarme a él. Así
pues, me obligue en unas ocasiones a dejar a un lado mi micro antropofobia y
asistir a rumbas, lo que se supone hace una chica en sus 20´s. Un fracaso total. No bailo, no sirvo para
gritar en un ambiente oscuro, con música a todo volumen con mi caja toráxica a
punto de estallar por los bajos…No, esa no soy yo.
Cuando tuve mi fiebre de internet, a la inevitable pregunta:
Cuál es tu hobby? escribía cosas por no dejar: escuchar música, vitrinear…Hasta
que asistí a una cata de café.
Escuchar a un barista hablando con pasión…ver, oler, palpar
y degustar los granos tiene un efecto.
Más aún cuando empiezas a descubrir que existe todo un mundo alrededor
de este cultivo tan golpeado en mi país, Venezuela. Comencé a ver que hay gente que desea
rescatar nuestra identidad, y lo hace por convicción. Por pasión.
Y como en el país de los ciegos, el tuerto es Rey, también te
das cuenta de que no todo el mundo viene con buenas intenciones. Como todo, hay gente que piensa que su viveza
no va a caer algún día. Con tropiezos y
con la curiosidad alborotada llegue a la Escuela Venezolana del Café.
Esto no es un post de publicidad. Llegar a la EVC ha supuesto una serie de
aprendizajes más alla del café. También
han sucedido (y siguen sucediendo) muchas cosas a nivel interno. Llegar a descubrir una afición supone mucho
de adentrarte en ti mismo y sentir esa libertad de decisión: No es un trabajo,
no es una obligación, sencillamente, te levantas temprano, caminas buscando
cosas, pruebas y asistes a lugares porque TE GUSTA, con mayúscula. He conocido personas muy lindas, otras no
tanto. Como en un arbusto, hay cerezas
buenas, malas y carcomidas por el gusano.
En la vida también se debe hacer picking y quedarse con las cerezas de
mejor calidad. La taza, como tu vida, merece lo mejor.
Tropezarme con sonrisas al probar la taza que preparo detrás
de la barra, es delicioso. Ver que
devuelven otra taza, es un reto. No se
hasta donde llegue con el delantal, pero todo llega a tu vida por algo. Todas
las personas que conocen y las situaciones que traen son un aprendizaje.
En esta taza llevo risas por lo que ha sido, unas cuantas
lagrimas por lo que no es, una amiga, seguidores… y otras cosas que le han dado
gusto a mis días. Hay un balance entre la acidez y la astringencia en cada
experiencia asociada. Descubro que la
efervescencia inicial se va atenuando.
Tengo confianza en que el resultado será una mejor Vanessa extraída
por la presión de las experiencias.
PD: Por aqui es la cosa... http://www.escuelavenezolanadelcafe.com.ve/
Que bueno que descubras una actividad que te llena de pasión. Seguramente uno de tus mejores dias es cuando alguna persona se emociona al degustar una buena taza de Café. Hay muchos que duran una vida sin descubrir aquella actividad que le apasiona hacer, e incluso se deja llevar por la corriente del "destino" esperando que ella sola le llene de alegría, cuando realmente uno debe poner un poco de su parte.
ReplyDeleteEs muy cierta tu apreciación en cuanto al tesoro que tenemos en nuestro pais llamado café, un grano bastante equilibrado, ni muy amargo ni muy dulce, valorado por expertos mundiales, y donde existe esta iniciativa llamada "Escuela Venezolana del Café" que considero vital para defender a parte de nuestro patrimonio. Pronto espero al menos asistir a algún taller de esta escuela, al menos deseo ser imbatible en preparación de café en mis desayunos de fin de semana. :-D