Monday, April 30, 2012

La vida es una fábula


Había una vez una princesa muy diferente a otras.  Quizás, ni ella sabía que era una princesa, y por eso estaba triste por largos períodos.  Siempre se le podía encontrar en su castillo, sólo salía al bosque por frutas, flores y para alimentar a los gansos. A veces, se recostaba en la grama a mirar el cielo y veía formas en las nubes…no es tan divertido a solas. Pero estaba sola porque eran pocas las personas que se le acercaban sin hacerle daño. Los aprovechadores le desgarraban su delicado vestido y ella tenía que volver a repararlo, una y otra vez.
Como en el cuento de toda princesa, existía un príncipe.  El príncipe iba de vez en cuando a un prado cercano a cabalgar, y ella se acercaba a saludar.  Ella sabía que él se iba en una misión pronto, al otro lado del océano, pero estaría en el prado una tarde de estas y decidió que lo iba a saludar.
La princesa pasó todo ese día en el bosque con gnomos, hadas y un sombrerero. Su día fue lleno de risas y experiencias, aventuras con aves que pasaban y consejos del sabio.  Entre libros y animales que la rodearon.
Llegó la hora de ir al prado donde sabía que iba a estar el príncipe. La princesa caminaría por las montañas, cruzaría ríos y su corazón daría un salto aquella tarde.  Lo tenía que disfrutar porque no sabía cuándo habría otra oportunidad de ir al prado.  Caminó, cruzó ríos y descansó a ratos.  Sentada en una piedra a orilla del camino, esperando que se acostara el sol en el horizonte, recordó aquel encuentro con una anciana el día anterior, y tuvo miedo.
Las princesas no deben tener miedo, pero ella no lo sabe.  Escucha, analiza y no se da cuenta que mucho pensamiento bloquea el sentimiento…
Y si piensa aquello?…y si piensa esto?…
La mente de las princesas es muy complicada, a veces gana…Ella camina un poco más y se asoma al prado, escondiéndose en los arbustos, esperando una señal para asomarse, pero la señal nunca llega.
Ganó el miedo.
La princesa caminó por el bosque hasta que estuvo lo suficientemente cansada para no llorar…Hoy está en su castillo, entre libros, mirando por su ventana…
…y arrugando su vestido con las manos.
El príncipe no tiene idea lo que ella piensa, y nunca lo sabrá. 

Tuesday, April 10, 2012

Mi última carta para ti



Qué le puedes decir a alguien para el que sólo eres un contacto comercial?

Resulta que eres para mi más que eso.  Al menos, quisiera que lo fueras, porque si pienso en frío, apenas nos hemos cruzado por circunstancias, que hasta yo he forzado.
Cuando tenía 19 años andaba en busca de mis creencias, en uno de los tantos encuentros esotéricos pregunté por mis asuntos del corazón, una de las cosas que recuerdo: ¨te hablará en una lengua extraña¨…12 años después me dices unos versos en latín apenas te conozco. Unos años después, pregunto de nuevo y me dicen que Esa persona “Está afuera, preparándose, creciendo”   …coincidencias? Tal vez…pero sucede que no creo en las coincidencias, malo para mí. 
Quiero pensar que me condicioné con esta idea y cuando me vi sin oportunidad, pensé en aquello de ¨Un clavo saca otro clavo¨. Bullshit.  Abrirme a otra persona para exiliarte de mi mente fue un error,  del cual aprendí mucho más de mi misma.  A Dios Gracias, la otra persona no venía con intenciones verdaderas, por lo que no hubo mayor daño.  Me sacudo la tierra y sigo adelante.  Pero el clavo sigue allí, entonces…cómo te vas?
Ya no tengo moral para fastidiarte, no tengo excusas para verte ni pistas para llamar tu atención.  A menos que seas un tarado ya te diste cuenta que me gustaría conocerte…si, tarado no eres.  Disimulada no soy.  Ceno unos bocados de melón y di brincos cuando bajé una talla de jeans.  Logré algo por lo que, me dicen los amigos, se le paga a las personas, con el mayor gusto solo por destacar.  Tuve un morado un mes en mi pierna por resbalar frente a ti. Busco frases en libros para enviarte por mensaje, a Dios gracias trabajo en una librería...libros sobran a mi alrededor, pero mi ánimo no está bien parado. 
Quisiera saber si algún día vas a leer esto…

Por las moscas…ERES UN TARADO!

…pero eres lo ultimo y lo primero que pienso…

Quizas…la tarada soy Yo.

Esta es mi última carta para ti. La rueda tiene que dar la vuelta...

O Fortuna,
velut Luna
statu variabilis,
semper crescis
aut decrescis;
vita detestabilis

Esc

Adiós!



Friday, April 6, 2012

El ángel de cuatro patas


Ya no recuerdo el motivo por el que llegué tan tarde ese día a la estación.  Mi madre me crió de una manera desenfadada y me decía siempre que si pensaba cosas desagradables, pues estas sucederían, por eso debía siempre caminar tranquila y sin estar mirando para todos lados con miedo.  Pero esa noche, por alguna razón, tenía miedo.  Cerraron la puerta de la estación de metro a mis espaldas, mire alrededor y, salvo algunas personas que salieron conmigo, no había otra señal de vida.  Supongo que en ese momento invoqué a los ángeles, como me enseñaron, porque de algún lado salió un perrito.
Era un perro mediano, algo flaco, pero fuerte.  Su pelaje estaba enredado, pero limpio.  Lo miré y le sonreí, él (o ella, no miré abajo) hizo lo mismo y se dio la vuelta caminando adelante.  Pensé que iba a salir por otra calle al ver que no le ofrecía nada, pero me sorprendió que iba caminando delante de mí y se paraba en los cruces, miraba hacia atrás y me esperaba para cruzar.  Recuerdo que pasamos por un grupo de hombres embriagados, un indigente y otro grupo sospechoso, yo seguía observando si el perrito se desviaba en alguna parte.
Me di cuenta que lo que sucedía no era normal cuando el perrito se detuvo en la reja del edificio donde vivo.  Mi expresión no era normal, pero a esas horas sólo deseaba llegar a casa y comer algo.  Como humana que soy, con mis reservas, le dije al perrito que le agradecía su compañía, pero no podía dejarlo entrar.  Le dije que me esperara, porque lo que si podía hacer era bajarle algo de comer.  Subí corriendo las escaleras y baje algo de comida, pero ese angelito se había ido.  Abrí la reja para mirar por la cuadra, pero estaba desierto.
Me enseñaron a creer en ángeles, sobre todo en aquellos que no son tan notables.  Muchas veces los ángeles no son preciosos, ostentosos o se acercan a ti con bondad.  Muchas veces, debes ver mas allá.  Alguien me dijo una vez que todo aquello que rompe con la normalidad es un milagro.  Que un perrito me haya escoltado hasta la puerta de mi casa esa noche, fue un milagro. 
No pude dejar de pensar en aquellos días cual sería su suerte, su origen también.  Quizás una familia que tuvo que dejarlo en el camino, una perrita que parió en la calle, un desalmado que dejo abandonado los cachorros…Pero veo con alegría que en estos tiempos de egoísmo y agresividad unos con otros, hay gente trabajando por estos animalitos.  Los llaman, callejeritos o mestizos, porque su raza no es pura.  Me pregunto cómo me llamarían a mí que tengo raza negra, india y caucásica si el mundo fuera al revés, si al más puro estilo del Planeta de los simios, este fuera el planeta de los perros.  Si un perrito llamado Cesar dejara a un lado su bondad porque su dueño lo maltrato y se diera cuenta que muchas veces, los perros son más inteligentes que los humanos.  Y si Cesar nos mandara a las humaneras, una analogía de perreras, y nos expusieran como carnes en un supermercado.  A mí me tuvieran que sacrificar porque soy gordita, ojos cafés y cabello rebelde.  Nadie me querría por lo que ven, y no tuvieran la oportunidad de quererme porque no podría abrazarlos a través de las rejas.  Quizás mi única oportunidad fuera mi mirada. Quizás solo unos buenos perros observaran mas allá de mis ojos y se dieran cuenta que puedo ser buena compañía. 
No he podido tener un perrito, pero sonrío cuando veo a los vecinos pasear sus mestizos, y ellos mueven la cola…los ángeles también mueven la cola.