Wednesday, December 11, 2013

Verde que me muero: Un cepillado de papel

Tres días después que llegara a mis manos la novela Verde que me muero, escrita por Jason Maldonado, decidí que este libro merecía más que mi sonrisa al terminar su lectura.

Confieso que al principio el título me pareció muy osado. La portada, bastante colorida, le hace justicia a una historia envolvente que rinde homenaje a la particular idiosincracia zuliana.
Una frase se repite a lo largo del libro, como un estribillo:
“La vida es una especie de estornudo en el universo”

Y como los estornudos, las vidas de los personajes se estremecen con más o menor fuerza, que me recuerda el efecto mariposa. Vida y muerte van de la mano en saltos temporales que abarcan tres décadas de angustia, y más allá.  De la mano del narrador, viajamos a la década de los setenta para mezclarnos con un grupo de amigos y sus idilios, o nos encontramos en el presente inmersos en la mente aguda de una divorciada que le hizo la guerra al tiempo.  Esta mujer es una heroína, que tiene bien afinadas las cuerdas entre el cerebro y el corazón, y cual felina en la sabana africana, avanza con paciencia hacia su presa. La picardía en su dosis correcta.

Por tiempos, hay un coqueteo con la novela negra que se agradece. Un acontecimiento definitivo en la historia invita a la reflexión. Se nos coloca de jurado en una sociedad cada vez más violenta, donde la necesidad mella los valores.

Al llegar al final de la novela, comprendí que no había mejor forma de llamarla. Verde que me muero es un libro bien estructurado, que se presenta con un lenguaje fresco sin caer en lo superfluo. Recomendado.


 “I want more...yeah”

Wednesday, November 13, 2013

Prerrogativa

"I'm just a girl, in front of a boy, asking to love her"
Notting Hill 

Hace unos meses decidí que iba a minimizar los “Y si” en mi vida. Para lograrlo, a veces debes restarle importancia a las advertencias en el camino…y sí, llorar un poco.
El llanto esta vez fue diferente, casi no hubo lágrimas, es más un dolor de impotencia, porque llegué a montarme en la patineta, pero no me permitieron rodar. Quedé en el mismo punto, con las ganas alimentadas. Ya.
Tengo alquilada la tristeza, volvió un frío en la noche que sólo yo reconozco. Para todos, es una estupidez que sólo yo alimento, otro que se fue, aunque es distinto, porque no quiso ni estar. Pero me felicito a mí misma porque cada año que pasa, duele menos.  Veo la soledad con una cara más amable. Lamentablemente, no puedo ni deseo operarme el busto y modelar mi cuerpo al deseo del hombre de turno. Lamentablemente, tengo una belleza que sólo uno podrá ver, quiero pensar que ese compañero existe, quiero pensar que no se detendrá por mis estrías o la celulitis, o porque tengo más espalda que busto. Cargo un pasado fuera de foco que me agrandó el cuerpo a la par del espíritu, eso es algo que muy pocos comprenden.  No quiero creer que ninguno se atreverá a pasar por alto mi tejido adiposo, quiero pensar lo contrario, y esa persona tendrá el camino abierto como siempre lo he abierto a otros, aunque me sigan rechazando por lo que tengo del cuello para abajo.
Extraño las risas prestadas, lo mucho que veía en común, el soñar despierta con unas posibles carcajadas en una pelea de almohadas. Es más duro extrañar lo que no llegó a Ser. Con mayúsculas, como se escriben las cosas importantes.  No hay rabia, ni mentadas de madre como en los 20´s.  Ya estoy grandecita para andar odiando al mundo porque alguien me miró feo.  Sólo estoy triste, y pasará, como todo pasa.
Mi humanidad engrosada que se resiste al té verde, la acupuntura y la estevia, seguirá caminando para el que no le importe precisamente ello y llegue ese esperado: “Just as you are”

Tengo fe, eso es algo que a una mujer pocas veces le falta.

Friday, August 23, 2013

Mom-Marketing

Yo no soy madre. No es que me falten ganas, en realidad ha podido suceder, pero visualizo a mis óvulos como minúsculas Amy F. Fowler defendiéndose del esperma bruto, eso es otra historia.
Veo con preocupación la proliferación de una especie de sectas maternales en las redes sociales, grupos que aconsejan y "guían" a madres modernas cómo lidiar con lo desastroso que es cuidar a un humano en franco desarrollo. Ya no bastaban con las múltiples marcas de ropa, utensilios, revistas y pare Ud. De contar de lo relacionado con el tema, ahora, surge la autoayuda materna online. Estoy a favor de consejos, todos necesitamos uno frecuentemente, pero veo una adoración perturbadora hacia las fuentes de la sabiduría virtual femenina.  Un narcisismo uterino que se manifiesta en las distintas redes sociales, que caen en el exhibicionismo estilo: "mira lo que salió de mí". Además, aprovechando la religión incipiente, se lanzan productos que, cual escapulario, alimentan la sed de las devotas. Dónde quedó el instinto maternal y la sabiduría femenina llamada intuición? Se lo llevó el teléfono inteligente o lo arrastró la arrechera de ver tu piel flácida y estriada luego del parto, lo que te dió miedo, inseguridad y ganas que te apapachen?
Mamá no dejó de tomar café embarazada, tomaba vino, se alimentó con cachito y jugo de naranja por semanas, porque era lo único que no vomitaba. Dió a luz sin cursos y sin una pareja ni familia en la sala de espera. Me dió tetero de mondongo, caraota, sardina, costilla y hallaca triturada. Me pegó. Se arrechaba. Me mimó. Muchas veces llevé el uniforme mojado porque se le olvidaba lavarmelo. Nunca me ayudó en una tarea porque sólo llegó a 6to grado. Odió a mi primer novio y me recibió con los brazos abiertos cuando llegué a casa fracasada. Nadie le enseñó cómo Ser, sólo fue. Yo tuve sólo 3 teteros sin esterilizador, usé pañales de tela, me metían en la boca un chupón que se caía al suelo y sólo lo pasaban por la blusa, y nunca he sido enfermiza. Nunca tuve Baby Einstein, me cantaban Abba. Tengo un título y trabajé en una trasnacional. Cuidé a mamá hasta su último día y aún la lloro.
El caso es que siento que toda esta ola cursi se lleva la belleza del Ser y el fluir. Somos seres intuitivos, creo firmemente en ello, y me parece muy hipócrita aferrarse a unas reglas y patrones para supuestamente proteger al bebé cuando la que se quiere proteger de toda culpa es la mujer. Si pueder Ser y fluir, todo va a ir bien. Eso es lo que ha hecho la mujer por millones de años, la naturaleza no puede ser aplastada por la modernidad, suelta los accesorios y mira tu lienzo vivo listo siempre para recibirte.

Thursday, July 25, 2013

Intrusion

Intrusion
After I had cut off my hands / and grown new ones// something my former hands had longed for / came and asked to be rocked. // After my plucked out eyes / had withered, and new ones grown//  something my former eyes had wept for / came asking to be pitied.


Denise Levertov (de "Poems 1968-1972", New Directions Publishing Corporation, 1987.)

Sunday, June 16, 2013

Adagio

A veces, el universo te envía maestros fugaces. En esta ocasión, un hombre -tuitero- se acercó y se alejó en menos de tres semanas. Mi acupunturista sólo me dijo que estaba descompuesta y tuve que decirle por qué. Muchos han coincidido que no vale la pena ni unas líneas aqui; otros, me dicen que yo tuve la culpa. Yo decido pensar más allá, porque luego de llegar a la tradicional frase: "Pendejo, tú te lo pierdes" que en mis 20 era el punto final, en mis 30 no es suficiente. Esta persona se acercó de una manera particular. A pesar de decir que leyó este blog de pies a cabeza, donde me confieso una romántica sin remedio y dramática por gusto, no se le ocurrió llegar con una flor, ni siquiera virtual, ni un chocolate. Luego, si se fijó muy bien que mi compañera de trabajo estaba muy emocionada por una salida, por supuesto, a ella si le decían Buenos días y Buenas noches, le regalaron una flor y se referían a ella con apodos cariñosos. A mi me llegaron hablando de tuiteras y qué opinaba yo de ellas, haciéndome sentir en una edición The Bachelor XL. A mi no me invitaron a salir, me dijeron: "Hoy cenamos." Y qué hay de malo si yo quería una pregunta y sonreír leyéndola al teléfono? Si el nivel de cortejo en mi vida ha sido bajo y los detalles son los ladrillos de la base. Eso no importa si leyó todo este blog y a pesar de hablar de mucha franqueza sólo dejó de escribir justo cuando era yo la que iba a preguntar para salir. Y aqui viene el plato fuerte del asunto, la frase: "porque así somos los dictadores como tu papá y como yo." Sucede que yo no deseo otra imagen autoritaria en mi vida, me cansé de que no me preguntaran qué deseaba comer en mi adolescencia, me cansé de que la cordialidad y el cariño fuera en una sola dirección. También, músico, me dijiste: "tú sabrás por qué te altera una invitación" Y eso es lo que te agradezco. Agradezco que no haya salido de mi cabeza este episodio por días. Una amiga me dijo que escribiera lo que no quería, para estar más clara. Aqui estoy, con mi naríz goteando el llanto de mi alma de princesa triste, aclarando lo que no deseo. No deseo en mi vida un dictador. Me niego a ser madre de mi pareja, por eso odio el "mami" que no venga de un hijo. No deseo un hombre frío, desierto de detalles, porque yo creo firmemente que las pequeñas cosas construyen. No deseo a un hombre que no exprese lo que siente, porque yo no soy adivina. No deseo a un hombre irresponsable, adicto, ni vividor, ni tóxico. Para lo demás, hay cosas que pueden -y deben- negociarse. Espero que estas líneas le respondan al Universo que me hizo encontrar su tarjeta el viernes mientras buscaba el teléfono de un vendedor. Una tarjeta que tenía al menos 2 años en un tarjetero que nunca reviso. Y nunca supe si te gustaban las panquecas...

Saturday, May 18, 2013

DesHusos


Cuando mi domingo es tu lunes
El frío duerme conmigo
Acampa en mis pies y se alimenta de mis lágrimas
El cálculo de horario es una reminiscencia de tu atención
Cuando mi domingo es tu lunes
Y una película me acompaña
Sí, aún te recuerdo. 

Yo vivo en un pobre país petrolero


Vivo en un país petrolero con déficit de papel higiénico. Los habitantes de esta tierra explotada estamos con nuestros instintos más básicos despiertos. A veces, siento que mi cerebro reptil me domina. No vivimos, sobrevivimos. Cazamos alimentos corriendo de local en local, y hemos llegado a las imágenes más vergonzosas por un pollo o un kg de harina de maíz precocida. Los venezolanos nos estamos volviendo más básicos, burdos y violentos cada día.
En esta tierra no basta luchar con el mal humor por los propios problemas de cada quien.  Ya no basta la carga emocional de la soledad, las ausencias, las carencias, ya no. Ahora, hasta algo tan básico como descargar los intestinos con dignidad se hace cuesta arriba.  Ultimamente, mis partes se han resentido con la aspereza de una servilleta. 
Más allá de la situación jocosa con el papel sanitario, el país se está paralizando poco a poco. Cada semana, la inflación nos golpea, se expropia, se van las empresas y se es un poco más pobre, aún más.  Y uno piensa que hemos tocado fondo, que no se puede llegar más allá, y es entonces cuando veo a una persona profesional expresar por las redes sociales su apoyo a toda esta debacle político-económica en manos de incompetentes con labia, y allí es cuando me doy cuenta que el problema somos nosotros.  Nosotros como sociedad, esa sociedad ahuecada que se cocinó a fuego lento, con madres solteras que tuvieron que salir a trabajar y dejar a sus pequeños solos. Esos pequeños se formaron con lo que pudieron, comieron lo que encontraron y terminaron siendo lo básico, sin ver más allá de sus narices. Unos huérfanos morales que se multiplicaron con las crisis propias de los tiempos modernos y terminaron siendo la gran masa de pendejos que caminan como borregos hacia el precipicio.
Vivo en un país petrolero, desgraciadamente. Dónde los huérfanos morales no desarrollaron la autoestima suficiente para creer que podían alcanzar algo por ellos.  Los veo cada día en largas colas para comprar alimentos, recibir pensiones y hasta acceder a línea blanca, que luego venderán por el doble, y gastar ese dinero en un teléfono inteligente que les da status, un pantalla plana, o un aire acondicionado. Un país donde cuesta mirar el futuro, porque no tienes asegurado el presente. Un “como vaya viniendo” en el que llevamos 14 años y sin ánimos de cambio. Un juego de resistencia con diversos obstáculos que me hacen pensar en 30 millones de Sísifos cargando con nuestros errores colectivos.
Vivo en un país petrolero, y mientras haya petróleo, habrá dinero. Y mientras haya dinero, el precipicio puede crecer. 

Tuesday, April 2, 2013

Puta frustrada


Cuando piensas que tienes la suficiente personalidad para que no te importe lo que digan los demás, viene ese comentario, certero, con toda la razón del mundo, de una persona importante y te golpea en la madre.
Al parecer, me veo como toda una mujer fácil y resbalosa.  Llevo años sola, viviendo sola, y no tengo mascota, ni hijos ni un vibrador. Por algún lado debe explotar mi necesidad de cariño y, sin querer, me saboteo. Reparto abrazos por doquier, regalo tarjetitas, pendejadas, envío sms, mensajes de whatsapp con emoticons y mensajitos pajúos de palmaditas en el hombro y felíz día.
Puedo parecer que soy muy risueña y tengo una vida felíz, que me acuesto con una sonrisa y me levanto sonriendo en la montaña saludando a los pájaros. No es así. Paso fácil 12 horas sin hablar, las horas que no trabajo, enviando mensajes de voz por mensajería para sentir que es más personal la comunicación.  Mucha gente me dice que entre en servicio de voluntariado para drenar esto, pero hasta ahora no logro convencerme de lo que me grita mi alma: Tanto he dado a otros y sólo me gustaría recibir un poco. 
Si me siento víctima en este momento, escribiendo este post dramático porque a veces no es sólo ganas de contacto físico, sino de sentir a alguien al lado.  Si, le he dado a probar tortas a hombres casados que sólo son amigos, o quizás ni eso.  Es más un detalle conmigo que con ellos, es lo que me salió en ese momento.  Aunque no se vea bien, aunque no lo pueda hacer frente a sus esposas porque me halaran los cabellos al estilo prehistórico defendiendo a su macho.
Cuando mamá vivía volcaba todo mi instinto en ella. Ahora, supongo que necesito una mascota o sencillamente, aguantarme las ganas, para no parecer puta.  Una puta que no tira ni toca, menos disfruta.  Una puta frustrada que regresa a su casa cada noche y se dice al espejo: Someday.  Algún día, podrás dar bocaditos, abrazar, mirar lindo y guiñar el ojo.  Quizás si, quizás no.

Monday, January 21, 2013

La vida como un erizo


De esta aventura en blogger gané a mi mejor amiga.  Aunque no voy a fiestas, no bailo, no tomo socialmente con la frecuencia de una mujer normal y soltera de 30, soy ácida y a veces ermitaña, pues por alguna razón le agrado.  Cosa curiosa que haya decidido acercarse a un erizo como yo. Y más curioso aún que haya leído un libro muy parecido a mí y me insistió hasta el fastidio que lo leyera. El libro que estoy leyendo se llama La elegancia del erizo, de Muriel Barbery.
Hoy me pregunté cuántos erizos estaremos por allí, algo malhumorados porque no somos tan populares y agraciados.  Una persona erizo, por experiencia –y pueden leer el libro para comprenderlo- se enconde tras una imagen de dureza, aún cuando su interior sea muy blando.  En el libro, una “tosca” portera y una “ácida” adolescente tratan de burlar al mundo  escondiendo su  inteligencia.  La portera llamada Reneé tiene una sola amiga y la creen una vulgar conserje. La amiguita, llamada Paloma, se encuentra en una crisis existencial a los 13 años porque no le ve el sentido a la vida.  La historia se compone de las impresiones de estas dos personalidades muy similares.  Particularmente, disfruto mucho de los capítulos de la adolescente, quizás porque tiene algunos de mis rasgos, como la ácidez en mis palabras.  El punto culminante de la historia se alcanza cuando llega un nuevo vecino al edificio, es un japonés muy sensible que sabe Ver en estas dos mujeres la verdadera belleza.  No he terminado el libro, me han dicho que el final de Reneé no es agradable…pero quise escribir esto pensando que Reneé es felíz, porque en la página que la dejé anoche, lo es.
Mirando unos profundos ojos azules una noche en la gabarra GP-23 de PDVSA escuché un mensaje que era muy importante para mi en el 2004.  No recuerdo las palabras exactas para citarlo, pero el mensaje era que tenía que ponerme “dura” o no iba a sobrevivir en ese ambiente.  Los obreros de la gabarra me veían levantando una ceja.  En ese momento era una jovencita pálida, con mechas color miel y un tono de voz bastante moderado.  Hice mi mejor esfuerzo para que me empezaran a tomar en serio.  Con algo de práctica fui avanzando hasta cambiar mi paso, mis ademanes y hasta mi tono de voz, mi lengua aprendió a gesticular groserías, mis manos aprendieron saludos masculinos y un día llegó la tan esperada frase “Eres uno de los nuestros, un macho más”.  Cuando volví a casa, tuve que quitarme algo del lastre, pero aún no logro quitarme la dureza en mi rostro.  Muchas veces me han dicho que camino con el ceño fruncido, con cara de “culo” como se conoce coloquialmente por estos lares.  A veces, cuando me pongo a pensar en universos paralelos donde tengo otra vida que me hubiera gustado tener, pienso en cuántas personas he espantado en estos últimos años. No me martirizo al respecto, porque también sé que también espanto a las personas que no son indicadas para mí, pero a veces duele.  No soy tan aburrida como cree la gente…y aún cuando en casa sólo tengo CD´s de música clásica y lírica, también disfruto algo menos acartonado.  Se acerca el 14 de febrero y como es de esperarse, los erizos nos acurrucamos solos esa noche.  Es sólo una fecha, pero es LA fecha, porque ves desfilar ramos de flores, cajas de bombones y demás cursilerías que a una le gustaría recibir. Y es en estas fechas cuando uno piensa que la vida no debería ser tan complicada para los que decidimos ser como somos, sin estar tratando de agradar al montón. Lastimosamente, ser auténtico tiene su precio y no todo el mundo está preparado para serlo o para estar con personas auténticas.  Por eso los erizos somos solitarios.
Sin embargo, quiero sonreír porque una vez en Los Roques, con mi madre,  vimos un grupo de erizos en la orilla, el agua es muy cristalina y no es necesario googles para ver.  Mi mamá sonrío y me dijo:
-Los erizos son muy bonitos, la gente les tiene miedo, pero ellos no tienen la culpa de tener espinas, así los hizo Dios.

Thursday, January 17, 2013

Detalle...

"Hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien.
La insoportable levedad del ser (Kundera Milan)

Friday, January 11, 2013

Con la cabeza baja

Mi supervisor me entregó la mopa con el carrito.  Cuando miré el recipiente del agua estaba totalmente opaca, miré a aquel chico que si acaso tendría 5 años más que yo con una expresión de miedo...el hizo una mueca que parecía ser una sonrisa, bajo la cabeza y salió del sanitario.

Yo tenía 19 años, pero la mentalidad de una adolescente malcriada de 13.  Un desastre natural se había tragado mi universidad y mientras las autoridades decidían qué hacer con nosotros, me tocó buscar un empleo de estudiante.  Por supuesto, terminé en una cadena de comida rápida muy famosa.  Mis compañeros eran estudiantes y jóvenes que no sabían que hacer con sus vidas.  Unos chicos fumaban, otros se drogaban y yo era la más ingenua a la que todos miraban con un pájaro desplumado que cayó mojado en medio de la selva. Asi fue como terminé limpiando el sanitario de hombres.

Recuerdo que lo primero que hice fue cambiar el agua de aquel carrito.  Me puse los guantes y comencé por lo que me parecía más fácil: cambiar las bolsas de las papeleras. Lo más difícil fue recoger los papeles usados del piso, aún odio entrar a un baño público y ver semejante espectáculo, lo odio.

Por primera vez limpiaba un baño y no era el mio. Mamá nunca fue dedicada a enseñarme las labores del hogar, no sé si por torpeza o por consentimiento. Fue cuando empezó a enfermar que yo me ocupé de las labores, porque cuando viví sola en el interior del país tenía muchacha de limpieza pagada por la empresa en la que trabajaba.  Al vivir sola me tocó completar mi entrenamiento y así fue como poco a poco despejé ciertas áreas, nació en mí cierta fobia a los recuerditos y demás pericos propios de las fiestas familiares y abrí mi mente a la decoración zen. Menos es más. Menos adorno es más rapidez al limpiar.

Me detuve unos segundos cuando me tocó limpiar las tazas todas salpicadas. En el fondo, quería botar todo lo que estaba utilizando, pero ya había botado varios paties de pollo en la estación de fritura esa semana y no era conveniente seguir arrojando el dinero de la empresa a la basura. Me tocó ver tazas sucias, cerrar los ojos y halar la palanca, allí fue cuando comprendí lo similares que somos todos. Cuando llegué al orinal fue épico, nunca había visto uno tan de cerca y me causó extrañeza el semejante tamaño del artefacto. Dejé de último el piso y allí fue donde entendí por qué mamá odiaba las mopas. A partir de ese momento, también las odié.

Luego de finalizar mi tarea y mi guardia, me estaba cambiando en la zona de casilleros cuando las chicas hablaban de sus faenas y yo solté que eso de lavar el baño de los hombres no me parecía correcto. Silencio. La chica de mayor seniority me dijo que había una empresa especial para la limpieza que se ocupaba de ello en el día-mi horario era nocturno- y ninguna de ellas habían realizado semejante tarea.  Novatada.

Lo gracioso del asunto es que muchos años después le agradezco a mi supervisor esa tarea. Ha sido la única vez que me ha tocado lavar un baño público, pero fue suficiente para comprender muchas cosas...

Hoy en día veo la actitud de ciertas personas y comprendo que es bueno limpiar mierda ajena aunque sea una vez en la vida.

Wednesday, January 9, 2013

Signos




Cuántas veces hemos pasado de largo ante los signos de la vida? Quizás una brisa sospechosa, una mirada, un guiño, un roce de manos…un dibujo.  Cuántas oportunidades hemos dejado de largo por no abrir bien los ojos del alma?
Suelo buscar signos en cualquier lado. Cuando era pequeña, mamá y yo descansábamos en la grama a ver las nubes en el parque, siempre discutíamos, pero me enseñó a ver formas y asociar ideas. Concibo las formas como una creación de tu mundo interno, algo de psicología hay allí en esa maniobra divertida de hacer trazos en la arena y tratar de delinear  vapor de agua. Los signos son lo que tu sabiduría, poca o mucha, te quiera decir.  No hablo de las flechas de cruce o las marcas de ropa, hablo de esos pequeños toques de Dios que a veces alejamos nosotros mismos en esta vorágine cotidiana.
En la fila del supermercado todos miraban su cesta, su celular, los anaqueles…por lo general, yo observo a la gente. Hace unos días, un abuelito estaba delante de mi en la fila y noto que miraba fijamente una bolsa de pan pita que llevaba por antojo. No le pregunté nada por no ser odiosa, pero el abuelito me preguntó curioso: “eso que es?”  Me extrañé, pero recordé que yo conocí el pan pita hace poco tiempo.  Cuando le respondí que era un pan como cualquiera me soltó un “Ahhh”  que me hizo gracia, parecía un niño pequeño.  Cuando salí del supermercado vi a unos metros al señor andando poco a poco, lo alcancé y le extendí una pieza de pan.  Le vi la cara de asombro como quien abre un cofre por vez primera y lo agarró de una manera muy especial, no tuvo reparo en si agarraba el pan sin servilleta, si había tocado dinero unos segundos antes, me agradeció con una sonrisa y le dio un mordisco. 
Tuve la elección de no prestarle atención a un anciano más en la fila del supermercado.  Quizás ya había preguntado a alguien más…los signos llegan a la persona que deben tocar, adentro.