Tuesday, August 26, 2014

La diferencia entre el Sí y el No

Me gusta mucho un poema de mujer herida que tiene un verso desolador. “No te veré morir”-Dice. Yo no te veré morir. No estaré a tu lado cuando la costumbre sea más pesada que el cariño. No miraremos juntos hacia el horizonte preguntando qué hubiera pasado si…No. No te contaré las pastillas ni las colocaré en esas cajitas graciosas con los días de la semana. No estaré pendiente de que no comas pollo frito. No me preocupará tus trazas seniles en la madrugada. No sonreiré agradeciéndote una vida sencilla. No sonreiré contigo cuando lleguen nuestros nietos. No bailarás conmigo en la boda de los hijos. No discutiremos por lo que se olvidó en la tintorería. No te miraré con reproche cuando no la dejaste salir. No te sonreiré cuando le regalaste el viaje. No me preocuparé contigo por nuestros adolescentes descontrolados. No reiremos juntos en un picnic familiar. No te guardaré el puesto en el acto escolar mientras llegas de la oficina. No te acompañaré en el funeral de tus padres. No te diré “Es tu turno” cuando el bebé despierte.  No me sonreirás en el momento del parto. No te despertaré a media noche con un antojo de helado con galletitas. No te diré que estoy embarazada. No sentiré que me observas mientras duermo. No besaré tus dedos mientras te aprendes de memoria mis contornos. No bailaré contigo cuando nos casemos. No te besaré ante todos los conocidos. No te diré que sí. No te veré nervioso. No me enamoraré de ti. No estaré nerviosa en nuestra primera cita. Sí te vi. No me viste.

Cerebro bloqueado

Todas las mañanas, al despertar, leo mi TL en Twitter. Es mi café virtual, se podría decir. En un país al revés donde las madrugadas hacen la diferencia, y no precisamente por la oposición rebelde, no se puede salir a la calle con la realidad de ayer.  Así, hoy leí un tuit muy interesante, le hice RT y me pregunté por qué tenía rato sin leer a ese usuario que me resulta de interés. Entonces, me enteré que este usuario -una psicóloga muy conocida- me bloqueó. Quizás hoy amanecí sensible, y pregunté a mis seguidores qué había hecho para que alguien me haya bloqueado. La respuesta que obtuve fue: “Por criticar a la oposición”. Y también saltaron unas respuestas de otros usuarios que han sido bloqueados por este personaje. Y allí debí reflexionar:
Por qué una psicólogo social bloquea a una persona de a pie en Twitter?
Me asumo como parte de su muestra, como su contenido, su soporte. No soy entendida en la materia, pero sé que la psicología social estudia el pensamiento y comportamiento humano. Me disculpan la ironía, pero que un psicólogo social bloquee a un usuario por expresarse en un país en el que las ventanas se cierran rápidamente, me parece una contradicción. Entiendo el libre albedrío, pero también quiero pensar que hay un grupo de profesionales objetivos dispuestos a ayudar a la recontrucción de lo que quede en este territorio.  Y precisamente, en estos días escuchaba a este personaje hablando en una entrevista de radio sobre la división. Esas palabras nos sentenciaron:
“Quien no está conmigo, está contra mí”

Y me veo en un país que parece una máquina de coleo, poderoso, imponente, que da movimientos bruscos sin avanzar, dando círculos atado a una base que no tiene más remedio que oxidarse. Hay que esperar. Mientras, no se vale ser autocrítico. Por qué? Acaso, mi alcalde de oposición ganó con toda la alaraca de la Mesa de Unidad y nos dio un aliento pequeño para seguir aguantando tanta miseria de pensamiento, es por ello perfecto? Aprieten en Block. No es perfecto. Es humano, asesorado, mal o bien, por otros humanos, que usualmente inclinan sus promesas al que mejor financie el movimiento. Reconozco –o más bien quiero pensar- que tienen buenas intenciones. Pero el romanticismo nos está matanto. Un país no se desarrolla a base de romanticismo. Un país se desarrolla por objetivos claros, planificación y mucho trabajo. Ensayo y error, otras veces. Llevamos 15 años ensayando y cayendo. Quizás necesitemos mucho más, quizás menos. Eso sólo lo determinará nuestra madurez como pueblo. Y no puedo ver un pueblo maduro políticamente que se ciega a sus errores y no se critica a sí mismo. Lamentablemente, hemos convertido la crítica en un arma de destrucción, cuando puede ser la herramienta de nivel que nos permita una base más fuerte. Me convierte en oposición de la oposición hacer críticas y decir lo que no están haciendo bien? “Un apartheid dentro del apartheid” dijo una seguidora. Eso es, sin eufemismos, nuestro retroceso y vergüenza.
Queremos paz, quiero paz, pero no una paz hipócrita. Deseo unión, pero más allá de las elecciones. Quiero pensar que la madurez como pueblo llegará, nos despojaremos de lo visceral y emplearemos nuestros talentos y aprendizajes para poner en marcha este país. Quiero pensar que seguimos siendo ese venezolanos que se toma las birras con el fanático del equipo contrario.

No estoy contra ti por pensar diferente. No dejo de besar en la mejilla a la tía abuela porque haga cosas que no me gusten. No dejaré de apoyar elección tras elección a mi equipo. Un equipo que va de último, que ha caído, muy bajo a veces, que no tiene visión clara. Pero, es mi equipo. Eso, apreciada psicóloga, es lo que usted expresaba días atrás.

Ya basta de guarimbas cerebrales. 

Saturday, August 16, 2014

Jotaro el masoquista

Una de las cosas que disfruto al leer dos o más libros de un mismo autor, es observar la evolución del estilo, las ideas y estructura. Quedé prendada de Tanizaki al leer Historia de la mujer convertida en mono. La diferencia en la pluma con Jotaro el masoquista es muy marcada. De nuevo, tenemos al profesor Ednodio Quintero que nos presenta a Tanizaki como un autor muy afectado por su entorno. En Jotaro el masoquista se encuentran dos novelas que fueron escritas en los inicios de Tanizaki, hay una marcada tendencia a exaltar el capitalismo: el consumo, la moda, la bonanza que se interpreta como éxito. También es notable la cantidad de referencias bibliográficas occidentales.
En la primera novela, que le da nombre al libro, el autor presenta un personaje en decadencia. Jotaro puede verse con cierta compasión, un individuo que se deja vencer por sus impulsos y transita su lado más oscuro, es vejado a voluntad hasta no poder ser más miserable, llegando a depender de lo que detesta. Bien podría decir que su final rinde honor al título, descubran por qué.
Luego de una gran carga emocional, la novela Tristeza de hereje nos lleva aún más profundo en la vileza que llega a ser nauseabunda. Tenemos aquí a un protagonista sin escrúpulos, sentimientos sanos ni moral, totalmente carente de consciencia. Lo lamentable al meditar sobre este personaje, es no estar seguro que sea imposible la existencia de un humano así.

Una vez le pregunté a un escritor con reconocida trayectoria por qué me costaba tanto encontrar un libro felíz que sea bueno, me dijo: “La felicidad no guarda historias”. Jotaro el masoquista es un libro intenso, lleno de carga emocional, de oscuridad, como los buenos libros. Personajes inmersos en su ego para desmenuzar su psiquis. Recomendado.