Tuesday, August 26, 2014

Cerebro bloqueado

Todas las mañanas, al despertar, leo mi TL en Twitter. Es mi café virtual, se podría decir. En un país al revés donde las madrugadas hacen la diferencia, y no precisamente por la oposición rebelde, no se puede salir a la calle con la realidad de ayer.  Así, hoy leí un tuit muy interesante, le hice RT y me pregunté por qué tenía rato sin leer a ese usuario que me resulta de interés. Entonces, me enteré que este usuario -una psicóloga muy conocida- me bloqueó. Quizás hoy amanecí sensible, y pregunté a mis seguidores qué había hecho para que alguien me haya bloqueado. La respuesta que obtuve fue: “Por criticar a la oposición”. Y también saltaron unas respuestas de otros usuarios que han sido bloqueados por este personaje. Y allí debí reflexionar:
Por qué una psicólogo social bloquea a una persona de a pie en Twitter?
Me asumo como parte de su muestra, como su contenido, su soporte. No soy entendida en la materia, pero sé que la psicología social estudia el pensamiento y comportamiento humano. Me disculpan la ironía, pero que un psicólogo social bloquee a un usuario por expresarse en un país en el que las ventanas se cierran rápidamente, me parece una contradicción. Entiendo el libre albedrío, pero también quiero pensar que hay un grupo de profesionales objetivos dispuestos a ayudar a la recontrucción de lo que quede en este territorio.  Y precisamente, en estos días escuchaba a este personaje hablando en una entrevista de radio sobre la división. Esas palabras nos sentenciaron:
“Quien no está conmigo, está contra mí”

Y me veo en un país que parece una máquina de coleo, poderoso, imponente, que da movimientos bruscos sin avanzar, dando círculos atado a una base que no tiene más remedio que oxidarse. Hay que esperar. Mientras, no se vale ser autocrítico. Por qué? Acaso, mi alcalde de oposición ganó con toda la alaraca de la Mesa de Unidad y nos dio un aliento pequeño para seguir aguantando tanta miseria de pensamiento, es por ello perfecto? Aprieten en Block. No es perfecto. Es humano, asesorado, mal o bien, por otros humanos, que usualmente inclinan sus promesas al que mejor financie el movimiento. Reconozco –o más bien quiero pensar- que tienen buenas intenciones. Pero el romanticismo nos está matanto. Un país no se desarrolla a base de romanticismo. Un país se desarrolla por objetivos claros, planificación y mucho trabajo. Ensayo y error, otras veces. Llevamos 15 años ensayando y cayendo. Quizás necesitemos mucho más, quizás menos. Eso sólo lo determinará nuestra madurez como pueblo. Y no puedo ver un pueblo maduro políticamente que se ciega a sus errores y no se critica a sí mismo. Lamentablemente, hemos convertido la crítica en un arma de destrucción, cuando puede ser la herramienta de nivel que nos permita una base más fuerte. Me convierte en oposición de la oposición hacer críticas y decir lo que no están haciendo bien? “Un apartheid dentro del apartheid” dijo una seguidora. Eso es, sin eufemismos, nuestro retroceso y vergüenza.
Queremos paz, quiero paz, pero no una paz hipócrita. Deseo unión, pero más allá de las elecciones. Quiero pensar que la madurez como pueblo llegará, nos despojaremos de lo visceral y emplearemos nuestros talentos y aprendizajes para poner en marcha este país. Quiero pensar que seguimos siendo ese venezolanos que se toma las birras con el fanático del equipo contrario.

No estoy contra ti por pensar diferente. No dejo de besar en la mejilla a la tía abuela porque haga cosas que no me gusten. No dejaré de apoyar elección tras elección a mi equipo. Un equipo que va de último, que ha caído, muy bajo a veces, que no tiene visión clara. Pero, es mi equipo. Eso, apreciada psicóloga, es lo que usted expresaba días atrás.

Ya basta de guarimbas cerebrales. 

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