Todo libro es de autoayuda, todo depende de cómo se lea.Juan de Gouveia. Librero
No conocía el término “biblioterapia” hasta hace unos días,
me tropecé con él en uno de los tantos artículos que ya inundan la red. Se
define el término biblioterapia como la selección de material bibliográfico
para lograr un efecto en una persona o grupo. Y yo me pregunto por qué no se
reconoce la labor del librero en este aspecto. Durante décadas, los libreros se
han ocupado de recibir, escuchar y canalizar los deseos de sus clientes.
Por experiencia, me ha tocado recomendar libros para la depresión, canalizar
impulsos adolescentes y hasta manejar rabietas en pequeños malcriados.
Siempre
me gusta hacer énfasis en que no toda persona que vende libros es librero, así
como el librero no sólo vende libros. Vender un libro es una transacción
básica, automática. Se dice de las librerías boutique-porque en este mundo hay
espacio para todos-que es un acto de compra-venta sin el mayor trato
Librería-Cliente. En las librerías que respetan la figura del librero, se da un
acercamiento inicial, una pequeña entrevista con la persona que proporcione
pistas para lograr el efecto deseado: la satisfacción del lector, y su apetito por más. Pero un
librero no sólo vende, también aconseja ante un cuadro psicológico, fomenta la
lectura en pequeños y atiende grupos de lectura. Así, la figura del librero
ejerce la Biblioterapia en toda su extensión: Asistencial, Bibliotecaria y
Socio-Cultural. Un amigo bromeaba sobre la fortuna que tuviera si le hubieran
pagado por cada libro que ha recomendado, esto al leer que una sesión de Biblioterapia
rondaba los 17 euros por la recomendación de 4 títulos. Yo también tuviera una
cantidad digna de un fideicomiso, pero no está mal conformarse con el regreso
del cliente.
Sin embargo, a pesar de esta noble función que cumple el
librero, se observa un estigma en torno a esta profesión. Es reducido el número
de personas que aprecia la figura del librero, y la busca. También hay quien se
expresa de manera peyorativa de este oficio, los libreros son vistos como
hippies o gente intensa. Actualmente, con el desarrollo de la tecnología y el
auge de los libros digitales, son muchos que desconocen la figura, mucho menos
están interesados en pisar una librería.
No exagera el que afirma que un libro puede cambiarte la
vida. No hablo de autoayuda. Y, en todo caso, todo libro nos puede ayudar con
algún rasgo en nuestra personalidad, ya sea a través de la introspección por
identificación del personaje o el análisis de la historia. Como dice el
epígrafe, todo depende de cómo se lea.
Te invito a acercarte a una librería independiente. Hoy en
día, la oferta no sólo se reduce a libros, sino a música, regalos de papel y
hasta café, todo para hacer del momento, una experiencia sensorial. Si no eres
un lector iniciado, estoy segura que serás atendido por un buen librero que te
abrirá la puerta a muchas oportunidades de crecer. Porque cuando se termina un
libro, ya no eres el mismo.
No comments:
Post a Comment