Sunday, July 1, 2012

Freud adoptame!


Trabajar con público es jodido. Esa es la regla de oro en el comercio.  Desde el escritorio veo cada día un sinfín de personalidades dignas de caricaturas.  En mi cabeza rueda un reality con los WTF diarios, unos ya son un cliché…otros, aún desafían mi entendimiento.

  • ·         Entra una señora de ojos claros y su mirada se va directamente a la biografía de Hitler que tenía sobre el escritorio: “Por qué Ud. Tiene libros de ese demonio aquí?  Se venden? En realidad la gente está interesada por leer de él? Ud. No se da cuenta lo que está haciendo, si ese Sr. Estuviera aquí Ud. Sería la primera en ir a un campo de concentración”   Por mi mente pasaron muchas respuestas dignas de un skin…Quizás hay que ser judía para entender por qué tantas décadas después este grupo sigue con la paranoia y destila quizás el mismo odio del que fueron objeto…
  • ·         Una pareja joven se deja ver a través de la puerta de vidrio, les hago un gesto invitándolos a pasar.  El chico asoma la cabeza a vista de 120 grados y dice: “Aquí hay muchos libros”. Siguen de largo.
  • ·         “Dónde está el editor?” Disculpe?  “Necesito hablar con el editor” Esto es una librería. (Sonrisa) “Y Ud. No sabe dónde puedo encontrar a un Editor?” En una editorial. “Y por aquí no habrá alguno?”
  • ·         Se acerca una hermana en medio de un evento con la caja llena: “Yo quiero un libro y dámelo rápido porque estoy apurada!” Hermana, en cualquier tienda del mundo Ud debe respetar el turno y esperar. “ES que debo irme YA Dame el libro” La ignoro.  La monja agarra el libro, deja el billete y se va murmurando.  Los demonios también llevan hábito…
  • ·         Me lo contaron…“Dónde tienen los libros decorativos? “ (Cara de extrañeza)”Los libros que son grandes, bonitos para colocar en una mesa de centro”
  • ·         Un hombre de unos 40 y tantos entra con mirada escrutadora: “Tu tenias un libro de Boulton en aquel mesón. Búscamelo.”  Luego de una serie de preguntas logré dar con el titulo y el sistema mostro que había sido vendido, le explico al Sr. Que solo tenía ese ejemplar.  “Eso es imposible, no pudiste haber vendido ese libro, sigue buscando”  Luego de dar 5 vueltas a la librería me disculpo, el libro no está.  “Tu me estás mintiendo, no se pudo vender ese libro, no puede ser”.  Me quedo callada. Se acerca una señora que parece ser la madre del sujeto y le dice: “Luisito, tranquilo, algún día lo vamos a encontrar y te lo voy a comprar, vamos al restaurant que te gusta, anda”. El hombre se levanto de mala gana y partió con la cabeza baja.
  • ·         Cobrándole a un señor, aparto la vista del punto de venta para que ingrese su clave.  “Por qué volteas?”  Para que no se sienta incomodo al ingresar su clave.  “Acaso tu me vas a robar? Me vas a robar?”  No deseo malentendidos, Sr. “Esto es el colmo, acaso vas a hacer algo con mi clave? Dime, te sirve de algo, me parece ridículo lo que haces, no lo entiendo, no lo entiendo”

Freud, agarra un tazón de palomitas y acompañame…

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