El cuerno,
la amante -esa es la más dramática porque es la que usan las telenovelas-, la
susodicha, la zorra, la puta. ¿Conocen otro sustantivo para la mujer no formal
de un hombre? Puede haber tantos nombres como hombres en la tierra. Soy hija
ilegítima, ese es el sustantivo cuando naces fuera de un matrimonio, y por lo
general es porque tu papá no tuvo los cojones de dejar a su esposa cuando tu
mamá te tuvo. Recién, 40 años después que mi padre se perdiera cuando mi madre
le dijo que estaba embarazada (reflexionó al rato y se hizo cargo, pero esa es otra publicación), se lo dije. “La cagaste (…) no tuviste las bolas
para dejarla, aunque no eras feliz”. Ojalá pudiera poner una valla en toda
carretera de todo país con la frase: “Ten las bolas de ser feliz con quien amas”.
Porque si todos los hombres, o vamos a decir personas, que tuvieran el coraje de
enfrentar que se casaron sin pensar, por inercia, conveniencia, por ultimátum
de la pareja, en fin…aún casado por amor, pero que ya no sienten eso, que -como
dicen en Marriage Story- amanezcan deseando que la otra persona esté muerta, si
tuvieran el coraje, el espíritu fuerte de sentarse frente al café y mirar a la
otra persona para hablar. Si tan solo tuvieran los cojones de ser felices sin
mucha parsimonia, el mundo sería distinto. Si sencillamente, fueran transparentes
en su vida, sin duplicados, el mundo sería un lugar más sano. Mi padre no tuvo
ese coraje, y eso trastocó a los 7 hijos y las 3 mujeres involucradas a lo
largo de 30 años. Recuerdo llamadas “anónimas”, salidas intempestivas de
restaurantes y lugares de recreación, recuerdo que me bautizaron a los 6 años
porque no tenía el apellido de mi padre. Recuerdo muchas cosas que duelen.
Duelen en la dignidad y a mi niña interna. Ha sido un trabajo duro sanar cada
raspón, y aún no estoy ni cerca de terminar, pero hago el intento.
La vida
quiso, o si me juzgo más severamente, elegí estar en el lugar de mi madre
cuando crecí. Consciente e inconscientemente, porque tus memorias te llevan a
situaciones que debes sanar. Mucha gente juzga de “puta” o “mujer fácil” a la “susodicha”,
es fácil juzgar. Y es lo lógico si tú fuiste una mujer que tiene sus anillos y
se casó de blanco ante un cura. Así como es fácil juzgar a los niños de “bastardos”.
Por la primera parte, a veces, uno se enamora y no sabe que es la otra hasta
que está hasta el cuello. Yo me enteré de que mi ex era casado cuando teníamos
6 meses de relación y un susto de embarazo. Y es que una se venda de ilusiones
y a veces no deseas reaccionar cuando no te saca en público o habla bajito por
teléfono sin decirte que te ama. Y si estás consciente de tu papel en el
triángulo, den la duda de que toda mujer se enamora, que todo hombre también se
enamora y que divorciarse es un monstruo peludo de cinco metros que nadie desea
enfrentar. Nunca me he divorciado porque nunca me he casado, pero lo veo así
porque algo que dé tanto miedo y a lo que le den tanta largas debe ser
aterrador y espeluznante. Como niña debo decir que no se tiene la consciencia,
ni la responsabilidad. Yo vine al mundo porque mamá quiso o se descuidó, eso
nunca me lo contó, pero tampoco es que fui una sorpresa luego de una noche, así
que simplemente vine y no lo pedí. Como muchos niños, lidié lo mejor que pude
con un padre que nunca durmió en la casa ni nunca fue a las reuniones de padres
del colegio.
Creo que tenía
19 años cuando papá llegó a la casa y le mostró un papel firmado y sellado a
mamá, de esos que dan en las notarías. La cara de mamá no la olvido, así como
ese tono muy particular cuando papá le dijo que se casarían en cuanto él
pudiera y ella soltó entrando a la cocina:
“Ya para
qué”.
Y papá
estuvo años diciéndole que se casaran, hasta que mamá murió cuando yo tenía 29
años. Y lo vi llorar mientras su cuerpo entraba en el crematorio. Y la hija de
la que me llamó bastarda años atrás me dijo que nunca lo había visto llorar
así, y ella nació 15 años antes de mí y vivió con él, así que le creí. Y yo
solo me preguntaba el porqué la gente deja pasar el tiempo, porqué la gente
piensa que tiene todo el tiempo del mundo, que la vida va a desenvolverse a su
antojo, que la gente no se muere, no enferma. Mucha gente piensa que es dueño
del tiempo y lo deja todo para después. Todo, incluso su propia paz.
No sé si
la vida me tenga preparado en el futuro ser una Señora De, por años puse
apellidos a mi nombre de pila, sonriendo, soñando con eso y una petición de
mano en París, porque veía muchas películas rosa pues, aunque algunas se les
cumple, en las redes están…quizás, como dice mucha gente, como ya voy a cumplir
40 años, solo quedé para amante. Lo que sí tengo certeza es que entiendo que la
vida es sumamente complicada, todos estamos rotos, asustados y acostumbrados. Vivir
duele, nadie te lo dice. Pero sí podemos elegir cuánto tiempo sufrimos y
esperamos a alguien. Del resto, mientras tu dedo índice apunta al otro, tres te
apuntan a ti.
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