Vivir sola tiene sus ventajas. Sientes el poder cuando puedes andar en ropa interior por tu espacio, desnuda si te da la gana. Puedes dejar de limpiar un fin de semana, comer lo que se te antoje, ver toda la Tv que desees sin que nadie te cambie el canal. Pero ese poder se desvanece a esta hora, en la penumbra, cuando pones el despertador y te acuestas. Te acomodas unos segundos, exhalas con alivio. Y de repente, sientes ese “no se que” que te hace voltear y ver aquella almohada vacia.
No se por que siempre nos compramos una cama matrimonial cuando llegamos a cierta edad. En mi caso, fue a los 27. La tuve en la mente casi 12 meses, vi tiendas y tiendas, y cuando la vi, supe que esa era MI cama. Y por supuesto, compras 2 almohadas, aun cuando sabes que una estara vacia.
Todo esta oscuro. Debes dormir, pero volteas a ver la otra almohada, y te pones derecha de nuevo. Ves que la cama te queda grande. Otras noches, te duermes y ya. Otras, te acurrucas y lloras. Otras, como hoy, volteas unas 5 veces y te levantas. Que haces antes de enfrentarte a la almohada vacia?
1-Regar las plantas
2-Prepararte un te
3-Encender la tv aunque sabes que no hay nada nuevo…zapping
4-Leer, aunque no tengas ganas
5-Doblar la ropa limpia
6-Doblar la ropa sucia
7-Fregar
8-Ver el cielo
9-Ver a las ventanas de los vecinos
10-Pensar que vas a cocinar mañana…
11-Ver tus libros de recetas
12-Escoger la ropa del dia siguiente
13-Encender de nuevo la compu para escribir en tu blog
14-Hablarte al espejo
15-Cantar
16-Rezar
17-Escuchar la noche
18-Meditar
19-Llorar
20-Dejar de llorar
Y vuelves a la cama mas liviana, y abrazas a esa almohada vacia cerrando los ojos. Ella necesita ese abrazo. Ella tambien debe sentirse sola...
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