Tuesday, May 17, 2011

Y si hoy me tocara a mi...

Hace 1 año, a esta hora...nos visitó la muerte.


Y si hoy me tocara a mi?


No es la primera vez que pienso en esto…


No le tengo miedo a la muerte. Le tengo miedo al arrepentimiento, a mi arrepentimiento. Ese arrepentimiento que te viene cuando te das cuenta que el tiempo no perdona, no hace pausa, no tiene escalas ni conversores. Todo pasa, incluso tu.

Me enseñaron desde pequeña a creer que tengo un ángel que me cuida, de grande decidí seguir creyendo. A veces hablo con él, porque lo he sentido. No esta fácil rodar por las escaleras equivalentes a tres niveles de una instalación petrolera y levantarse como si nada, solo con unos rasguños…y así tengo otras anécdotas. Mi ángel existe, y es bueno en lo que hace. De pequeña sabia su nombre, pero lo olvide. Solo lo tuteo. Me gusta pensar que ese día, al que me refiero, me sonreirá y sabiendo como soy yo, me dará un mapa y una guía del lugar al que me dispongan, con los puntos de información bien señalizados.


Y si hoy me tocara morir, lo primero que pensaría sería en todos los besos que no di, unas veces por miedo, otras porque sencillamente no los querían recibir y otras por pensar lo que dirían los demás. Pensaría en los hijos que no tuve…en esa nena a la que criaría con libertad, coquetería y diversión. Ese hombrecito al que le enseñaría a ser cortés con las mujeres y a valorarlas por lo que son y no por como lucen. Esos morochos que me robarían días enteros de sueño pero me darían felicidad por partida doble…porque he pensado en esas posibilidades, y en lo mucho que extrañaría a mama para que me orientara sobre qué hacer, pero también pensaría en una suegra linda que ocuparía su lugar y me salvaría en mi desesperación por mi ignorancia. Pensaría en esa pareja que no tuve, esos brazos calidos y esa alma que tanto busque sin éxito.


Si tuviera que pasar el túnel hoy, me reiría de las veces que mande a la porra a la gente neurótica. Reiría por esas veces que hice lo que me dio la gana. Esas veces en las que me quede con la cuenta del banco en 0 pero recibí una mirada de felicidad, o la sonrisa de un niño. Me reiría mucho de las preocupaciones que cargue por no poder pagar la tarjeta de crédito. Me doblaría de la risa por esas veces que fui humillada sin razón, por aquellas oportunidades en las que fui señalada por otros, y tantas otras veces en las que otro recibió mérito por mi esfuerzo. Me reiría porque uno en esos momentos piensa en lo que dirán los demás, en el ego, en el status…y no se da cuenta que es solo ilusión y se desvanece como la arena entre los dedos. Nada de eso suma cuando te vas, sólo es un peso mientras vives, un peso muerto.

Lamentaría que nunca aprendí a bailar. Que nunca conocí Paris. Que nunca tuve una cena romántica con vino. Me sentiría triste porque el 70% de mi vida ha sido estudiar y trabajar. El resto de eso representa mi infancia y estos años en los que he tratado de entender el por qué de ese porcentaje…eso es lo que hace uno en los ashrams, yo lo he hecho de forma delivery…porque creo firmemente en el Dios que llevo adentro y en esa fuente universal de energia omnipotente y omnipresente. Del resto, asisto a los rituales religiosos por diversión…


Si no tuviera mas tiempo...en un suspiro viera correr mi vida y solo podría decir encogida en hombros que hice lo mejor que pude y que lamento no haber amado mas…

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